¿Modificar el entorno o adaptarse a él? La MLT en un mundo multicultural

(English translation here)

Al ser el principal cometido de este blog hacer accesible en lengua castellana las ideas de Edwin Gordon y su Teoría del aprendizaje musical, muchos de los que lean esta entrada serán recién llegados al tema. Sin embargo, seguramente hay otros lectores que ya se dedican a la enseñanza musical según la MLT, y en esta ocasión me dirijo especialmente a ellos a modo de reflexión (aunque creo que también puede ser de interés para los recién llegados) con la esperanza de que les sirva para reflexionar sobre cómo llevar a cabo la aplicación de la MLT en un mundo diverso y multicultural.

Estoy convencida de que la Teoría del aprendizaje musical (MLT) de Edwin Gordon nos da las claves de una enseñanza musical respetuosa con el desarrollo intelectual del alumno y efectiva en la formación de músicos completos: músicos capaces no sólo de interpretar una partitura con su instrumento sino de comprender su contenido musical y expresar fluidamente y con buen criterio sus propias ideas musicales. Poco a poco la labor de los profesores de MLT alrededor del mundo se va notando, y es de esperar que se siga notando aún más en los próximos años.

Llegados a este punto de crecimiento del campo de la MLT, creo importante tener en cuenta que en cualquier corriente de pensamiento el propio convencimiento puede impedir ver una nueva realidad o valorar nuevos caminos a la misma meta. La cuestión se complica aún más si llevamos un bagaje cultural del cual no somos conscientes y hace que interpretemos esta nueva realidad de manera sesgada. Este tipo de pensamiento puede limitar la aplicación de la MLT en un mundo muy diverso y necesitado de soluciones diversas, y sería una lástima que este gran avance en la educación musical se viese perjudicado por maneras de pensar que obstaculizan su aplicación, sobre todo en países con culturas musicales diferentes a la anglo-germana.

Las personas que se dedican a la MLT son por definición personas de mente abierta, dispuestas a esforzarse para mejorar su manera de enseñar; en absoluto son personas cerradas que se dejan llevar por prejuicios. Sin embargo, tanto el país de origen de cada uno como nuestra actitud respecto a las ideas de Gordon nos pueden condicionar a la hora de confrontar ideas y prácticas nuevas o hasta ese momento desconocidas, y por el bien del crecimiento mundial de la MLT me parece no sólo útil sino necesario ser conscientes de ello y evitar que nos condicionen.

 “Centrismo” cultural

Todos tendemos a creer que el resto del mundo hace las cosas como las hacemos nosotros – sobre todo si no hemos tenido la oportunidad de adentrarnos en una cultura ajena y llegar a comprender sus costumbres. Incluso viajando mucho, si en esos viajes no compartimos la vida diaria de los nativos durante bastante tiempo es difícil evitar esta tendencia. Suele completarse esta creencia con la de que si los demás no lo hacen como nosotros, deberían hacerlo, actitud que se fortalece cuando nuestros países se encuentran entre los más influyentes del momento, o dentro del ámbito de influencia de éstos.

¿Cómo afecta esta tendencia a la MLT? Edwin Gordon, nacido en Estados Unidos, escribió en inglés y por lo tanto es fácil de entender que sus primeros seguidores fueran de países angloparlantes. En sus escritos, Gordon aboga por el uso del Do movible, un sistema que forma parte de su cultura y en la cual complementan el Do movible las letras como nombres de notas. Este sistema también es tradicional en los países de influencia germánica; por lo tanto, y gracias además al amplio conocimiento del inglés en estos países, la MLT se adapta fácilmente a todo el ámbito cultural anglo-germana. Como no podía ser de otra manera, cuando se empezó a aplicar la teoría en otros países fuera de este ámbito se hizo dando por sentado que la única manera de hacerlo era esta, y de hecho lo ha sido durante años. Sin embargo, la tendencia al “centrismo” cultural (por falta de otro término) se empieza a manifestar cuando, al ver que ya hay otra vía, algunos muestran su reticencia hacia ella con argumentos que revelan el bagaje que llevan.

Esta tendencia no tiene nada que ver con un nacionalismo xenófobo ni con una actitud negativa consciente hacia otras culturas por parte estas personas, quienes estoy segura que se dedican a la MLT con todo el altruismo del mundo y nunca albergarían sentimientos de superioridad cultural. Pero sí conlleva, en el caso de la MLT, la creencia entre algunos de que el sistema de Do movible con letras como nombres de notas es y debe ser la única manera de aplicar la teoría de Gordon, aun conociendo otra manera de hacerlo.

La idea de que el sistema de Do móvil es el único adecuado para aplicar la MLT viene, en parte, de un apreciación errónea de lo que es el otro sistema más extendido en el mundo occidental, el del Do fijo: de la creencia de que es un sistema musical y no meramente los nombres de las notas (lo que corresponde a las letras en la cultura anglo-germana). En esta, el Do movible complementa los nombres de las notas absolutas (A-B-C-D-E-F-G) formando un sistema en que las sílabas se usan para las relaciones tonales. En el ámbito del Do fijo, para las relaciones tonales normalmente se recurre a números mientras que las sílabas son los nombres de las notas absolutas. Así que los docentes que desean formar el oído relativo de sus alumnos (y no el oído absoluto exclusivamente como es tradicional en este ámbito) se ven obligados a usar números para los grados de la escala diatónica, un sistema con muchos inconvenientes, sobre todo para los alumnos más jóvenes.

Según Gordon, los números no son apropiados para enseñar las relaciones tonales desde una temprana edad. Si los que enseñamos MLT estamos de acuerdo en que para este fin son más efectivas las sílabas tonales, entonces ¿por qué no empezamos por allí? El Do fijo no tiene nada que ver con el asunto: los nombres de notas no son el problema; si acaso lo es no enseñar las relaciones tonales de manera auditiva – se suelen enseñar muy tarde y de manera teórica.

Este mal entendido – que el problema es el Do fijo – lleva a algunos proponentes del oído relativo a sugerir que es necesario abandonar del todo los nombres tradicionales de las notas y cambiar de sistema musical, con la engañosa afirmación de que “todos” los otros países lo hacen así. Culpar al Do fijo del hecho de se dedican muchas horas intentando formar el oído absoluto de los alumnos, y no al desconocimiento de las ventajas musicales de enseñar las relaciones tonales, lleva sin querer a un desprecio de la propia tradición musical y a un ensalsamiento de las culturas percebidas como más desarrolladas (un insulto, de paso, a miles de músicos de gran talento formados con el Do fijo). Mejor sería demostrar cómo se pueden aplicar los fundamentos de la MLT en cualquier cultura musical del mundo.

Para que sirvan de ejemplo, cito aquí algunas afirmaciones que he escuchado en mis conversaciones con otros profesores de MLT del entorno anglo-germano cuando descubren que se pueden usar otras sílabas tonales que no sean las del Do movible:

Hay que usar el sistema del Do movible porque es mejor”. Como esta es una afirmación muy general, busquemos más a fondo para averiguar por qué alguien puede opinar así:

Yo enseño las letras porque son universales.” Las letras del alfabeto latino son “universales” únicamente en los países donde se emplea este alfabeto. Rusia, por ejemplo, ¿es de otro universo? En inglés y alemán (y otros idiomas del entorno) una nota que tiene la frecuencia de aproximadamente 261hz  se llama C. En castellano, francés, italiano, portugués y otros idiomas latinos y no latinos (y sumados es mucha gente) se llama Do para estas personas la C puede significar varias cosas, pero no una nota. Las letras del alfabeto latino como símbolos pueden ser ampliamente extendidas, pero su significado musical no es universal.

Algunos argumentan que las letras se usan en el cifrado de acordes del jazz y música popular y, por tanto, es mejor aprenderlas desde el principio. Desde luego que hay que conocerlas, pero debemos distinguir entre la formación de conceptos básicos, que normalmente se hace pronto y en la lengua materna, y el conocimiento de diferentes prácticas que uno va adquiriendo a lo largo de su vida según sus intereses y necesidades. Si a uno le interesan las ragas indias estudia su terminología y sus prácticas, pero antes (si no es indio) aprende las bases de la música en su propio idioma. Las prácticas del jazz y la música moderna se basan en el inglés, que por muy extendido que esté no es la lengua materna de la mayoría. Cuanto más interés tengan los alumnos, más pronto se acercarán a esta práctica, pero la entenderán mejor si han asimilado desde pequeños en su propia lengua las bases de la música.

El do movible es mejor que el Do fijo porque con este no se puede enseñar las relaciones tonales.” Tampoco se puede hacer con las letras A-B-C-D-E-F-G. No nos equivoquemos de herramienta: ni en un sistema ni en el otro sirven los nombres de notas absolutas para enseñar las relaciones tonales. No nos confundamos: los nombres de las notas (en este caso, las sílabas del Do fijo) no son el problema.

El Do movible es la idea originaria de las sílabas de Guido de Arezzo, por lo tanto no se debe usar el Do fijo.” Las sílabas del Do fijo llevan cinco siglos formando parte del idioma de países fundamentales en el desarrollo musical de Europa, países que en la época en que se decidió asignar estas sílabas a las notas absolutas estaban en la vanguardia musical. Fue justo por la evolución de la música en aquella época que estos países optaron por el Do fijo, manteniendo los números para referirse a las relaciones tonales. Esta misma necesidad llevó a la adopción de las letras en los países anglo-germanos, quienes optaron por mantener el Do movible (y también los números) para las relaciones tonales. ¿Hay necesidad de dejar atrás cinco siglos de historia pudiendo adoptar la herramienta más adecuada a cada país para fomentar la comprensión musical desde los primeros años de edad?

Es mejor adoptar el sistema de Do movible porque lo usa todo el mundo”. Habría que decir más bien “lo usan muchos profesores del mundo anglosajón y germánico” ya que ni siquiera todos los profesores de estos países lo usan. Haciendo un cálculo muy aproximado, la población de los países donde se emplea el Do fijo es casi el doble de la de los países que emplean el Do móvil.

Si usan otro sistema, los que viajen a otros países no se entenderán con los músicos.” En este caso se da por sentado que el destino preferido de un músico serán los mencionados países (¿por su elevado nivel de cultura musical?), de nuevo, dejando fuera a Rusia, por ejemplo. Pero hablemos sólo del tema de la mutua comprensión. Primero, las sílabas tonales no son más que una herramienta pedagógica para ayudar a enseñar un concepto, el de las relaciones tonales. Más que para comunicarse con otros músicos, son una ayuda para uno mismo comprender estas relaciones. Usar sílabas diferentes no cambia el sistema musical, solo cambia el idioma (un sistema diferente sería el de la música árabe, india o china). Segundo, las sílabas tonales no son música (supuestamente universal) sino meramente los nombres que usamos para las relaciones tonales. Por lo tanto, igual que los nombres de las notas, forman parte del lenguaje verbal (que no es universal). Las términos musicales en italiano supuestamente universales, en realidad son conceptos que todos hemos aprendido primero en nuestras lenguas maternas y luego traducido al italiano. De momento los músicos nos hemos entendido muy bien usando traducciones para hablar sobre música.  Cuando nos interesa mucho una cierta cultura musical, posiblemente aprendamos su idioma, pero si no, unas cuantas sílabas no va a impedir la comunicación cuando los conceptos los entendemos.

El verdadero problema sería no tener un concepto equivalente en el idioma propio y no entiender las relaciones tonales: en este caso ni siquiera a través de la música podría uno entenderse con otros músicos. Lo verdaderamente problemático es la falta de comprensión de las relaciones tonales por parte de los que se han dedicado exclusivamente al oído absoluto, por lo cual debería ser prioritario enseñar esta comprensión de la manera más efectiva y lo más pronto posible. Lo importante es tener bien asimilado el concepto, no que todos usemos las mismas palabras para referirnos a ello.

Todas estas afirmaciones evidencian tanto un desconocimiento de otras culturas y otros sistemas musicales como una idea sesgada de la propia cultura frente al resto del mundo. El peligro es que cuando un recién llegado a la MLT escucha estas afirmaciones en boca de otros profesores es posible que las acepte tal cual y las repita con otros sin reflexionar, multiplicando el efecto limitador de este tipo de pensamiento. Esto me lleva a hablar de lo que he encontrado en países donde lo habitual es el Do fijo.

 Complejo de inferioridad

Así como los profesores de MLT nativos de países anglosajones o germánicos no suelen ser conscientes de su posible “centrismo” cultural, los que no son de aquel ámbito no siempre se dan cuenta de su tendencia a valorar más lo que viene de fuera por encima de lo autóctono. Esto se hace evidente en la gran cantidad de palabras inglesas que se adoptan sin necesidad – un ejemplo obvio es la palabra más importante de MLT: audiation. Se dice que no hay equivalente en castellano. Pero Gordon la inventó justamente porque no existía en inglés – y no la buscó en otro idioma, sino que la creó en el suyo. ¿Por qué no crear una palabra en castellano, como “audiación”?  En inglés, las primeras veces que un angloparlante la encuentra, extraña bastante, pero ya nos vamos acostumbrando. En castellano también nos acostumbraremos a la audiación.

En lugar de captar la esencia de las ideas que llegan de fuera y amoldarlas a la cultura autóctona, con frecuencia se adoptan las ideas en su totalidad junto a aspectos que son específicos de aquellos países de la cultura dominante. Se aceptan sin reflexionar argumentos como los que he descrito, dándoles valor porque vienen de fuera, y contagian este modo de pensar a muchos nuevos llegados a la MLT. He escuchado con mucha frecuencia en la boca de profesores de MLT del país donde vivo las mismas afirmaciones que acabo de citar de profesores del ámbito anglo-germano, cargadas de centrismo cultural.

Esta tendencia debería preocupar mucho a los que desean difundir las ideas de Gordon, porque muchos profesores rechazan la MLT justamente porque se sienten obligados a adoptar un sistema con el cual no se sienten cómodos. Se insiste en que hay que adoptar el Do movible – cosa difícil para muchos – además de aprender nuevos nombres de notas, cuando esto en realidad no es necesario. En mi opinión esto limita el crecimiento de la MLT y, además, no toma en cuenta una premisa importante de Gordon, que es evitar la confusión en los alumnos, cuyo aprendizaje sin trabas debería ser la prioridad.

Lo cual me lleva al tercer tipo de pensamiento que limita la aplicación de la MLT fuera de su ámbito original.

 Fundamentalismo

Esta es otra tendencia humana que, por suerte, no es mayoritaria pero que suele obstaculizar la aceptación por otros de unas ideas que, en principio, pueden ser válidas. En el caso de la MLT los escritos de Edwin Gordon son, con toda la razón, la “biblia” de sus seguidores, entre los cuales me incluyo. Pero creo que debemos tener en cuenta todo lo comentado hasta aquí y también ser conscientes del entorno en el cual Gordon desarrolló su teoría, y no tomar sus escritos al pie de la letra sin más.

Una de las características que distingue la teoría de Gordon es justamente su apertura a la diversidad musical. Insiste en la importancia de enseñar un amplio vocabulario tonal y rítmico que incluya modos y métricas diversas para comprender mejor las bases de la música. Por lo tanto parecería del todo injusto acusar precisamente a Gordon y a sus seguidores de centrismo cultural. Pero Gordon, como todos nosotros, se formó dentro de una cultura y hay que entenderle teniendo en cuenta su entorno.

Gordon creó, junto a otros, una serie de sílabas rítmicas. Reconoció que cualquier persona podría crear otras igual de válidas mientras fuesen consistentes y representasen, como las suyas, las funciones rítmicas y no tuviesen relación con la notación rítmica. Me consta que algunos profesores optan por usar sílabas diferentes que les parecen más cómodas, y nadie se escandaliza por ello. Sin embargo, Gordon no creó su propia serie de sílabas tonales, sino que abogó por usar el sistema del Do movible con La como tónica del menor. Aquí es donde el fundamentalismo encuentra donde agarrarse: si Gordon dice que hay que usar el Do movible, hay que usarlo, a pesar de que en ciertas circunstancias pueda haber otras maneras más adecuadas.

¿Por qué optó Gordon por usar el Do movible? Por la sencilla razón de que lo tenía a mano, dentro de su cultura, y era una herramienta que se adaptaba perfectamente a sus necesidades. De no haber existido, podríamos aventurar que Gordon hubiera inventado una serie de sílabas tonales, igual que creó las rítmicas, y además suponer que hubiera dicho lo mismo sobre ellas que dijo sobre las rítmicas. Sin embargo no le hizo falta, y viniendo él de la cultura anglosajón no vió dificultades con que todo el mundo adoptara el Do movible.

No tengo constancia de que Gordon haya contemplado la posibilidad de usar sílabas tonales alternativas igual que admitió la posibilidad de otras sílabas rítmicas. En su pequeño libro Quick and Easy Introductions to MLT (página 8) dice: “Aunque hay varios sistemas de sílabas que se pueden usar…se recomienda el Do movible con La como tónica del menor y utilizar las funciones rítmicas de macro y micropulso para los patrones rítmicos”. Algunos citan estas palabras como “prueba” de que Gordon no aprovaba otras sílabas tonales. Opino, sin embargo, que seguramente se refería a la idoneidad de usar la sílaba La como tónica del menor frente al sistema que usa Do como tónica tanto en mayor como en menor. No creo que rechazara unas sílabas tonales alternativas que funcionen exactamente igual que las del sistema que él recomienda. El haber estado abierto al uso de sílabas rítmicas alternativas hace pensar que también lo estaría frente al uso de otras sílabas tonales, suponiendo que cumplieran el mismo propósito. Por esta razón, insistir en que hay que usar el Do móvil sólo porque Gordon lo dijo lo considero fundamentalismo: un fundamentalismo que, además, olvida el concepto tan importante mencionado antes referente a evitar cualquier confusión en los alumnos (lo cual suele ocurrir cuando se usan números o se aplica el Do movible en un entorno del Do fijo).

Por una MLT multicultural

En un mundo multicultural debemos ser capaces de ver la esencia de las ideas, vengan de donde vengan, para poder valorarlas y aplicarlas en situaciones nuevas. Por lo tanto, interpretar literalmente las palabras de Gordon sin comprender su esencia solo limita su aplicación en un mundo muy diverso. La MLT ya encuentra suficientes barreras en su aplicación como para añadir otras desde dentro de las filas de sus adeptos.

¿Cuál es la esencia de la teoría de Gordon?  Si la he entendido bien es que debemos educar la capacidad de comprender auditivamente la música cuanto antes mejor, mucho antes de que aparezca la capacidad de comprenderla teóricamente, y debemos seguir la secuencia correcta en este proceso, evitando en lo posible toda confusión de términos cuando el alumno empieza a poner nombres a los conceptos.

Desconozco si Gordon se pronunció al respecto, pero creo que cualquier profesor de música preferiría evitar que al aplicar la MLT sus alumnos encuentren contradicciones de significado entre las palabras usadas en clase y fuera de ella. También supongo que preferiría no tener que desaprender sin necesidad lo que ha aprendido a lo largo de su carrera; y que valoraría enormemente sentirse cómodo con la herramienta que va a usar con sus alumnos. Proporcionar a los profesores la opción de escoger la herramienta que, a su entender, facilita mejor el aprendizaje de sus alumnos y con la cual se sienten más cómodos, allanaría el camino al crecimiento de la MLT alrededor del mundo.

En este caso la herramienta que llevo proponiendo en este blog es una serie de sílabas tonales alternativas que complementan los nombres de las notas absolutas del Do fijo. Aunque requieren un pequeño esfuerzo por parte del profesor de aprenderse las sílabas, no le obligan a desaprender nada ni a aprender nuevos nombres de notas. No entran en conflicto con ningún otro concepto y permiten al alumno aprender sin trabas a una edad muy temprana un concepto tan importante como son las relaciones tonales. Además, al asimilar sin confusiones el concepto, luego no tiene ningún problema en entender otro sistema como el Do movible cuando lo encuentra.

Con esto no quiero dar a entender que los profesores que ya usan el Do movible en el entorno del Do fijo deban adoptar las sílabas alternativas (aunque espero que estos comentarios les sirvan para reflexionar). Pero insistir en una sola línea de pensamiento, a la larga solo tiende a limitar la aceptación de la MLT fuera de su ámbito original. Creo mejor adaptarse al entorno cultural del país enseñando cuáles son las diferentes maneras que posibles para educar según la teoría de Gordon. Así se demostraría que la MLT es una teoría amplia que no tiene por qué ser exclusiva de un solo ámbito cultural. No hay que temer la diversidad en la aplicación de la MLT si todos mantenemos una idea clara de la esencia de la teoría con el convencimiento de que todos estamos trabajando para el mismo fin utilizando la herramienta que nos funcione mejor en nuestra situación.

El mundo es diverso; MLT también puede serlo. Les corresponde a los que promueven la MLT alrededor del mundo decidir si prefieren una globalización donde la cultura dominante sea la que determina la pedagogía sin tener en cuenta las culturas locales, o si prefieren una MLT multicultural, respetuosa con la inmensa diversidad del mundo y adaptada a ella.

Debemos decidir qué tipo de globalización queremos. La música es nuestra primera lengua, íntimamente ligada a nuestras primeras palabras, y si no queremos que con la globalización finalmente desaparezcan todas las culturas con sus lenguas, debemos ser respetuosos con estas por el bien del aprendizaje musical de los niños y por respeto y empatía con ellos y sus profesores. Debemos ser conscientes del trasfondo de nuestro pensamiento y evitar que nos lleve por un camino estrecho cuando este podría ser amplio. Una MLT multicultural será una MLT cada vez más fuerte y extendida en el mundo. Una MLT cerrada y monocultural, aunque siempre convencerá a algunos, no llegará a todos los que podría, lo cual sería verdaderamente desafortunado.