Sílabas tonales: qué son y para qué sirven

Las sílabas tonales son una herramienta para entrenar el oído musical desde edades muy tempranas. Se utilizan en la educación musical para referirse, no a notas concretas, sino a los diferentes grados de una escala. Son importantes porque permiten aprender a reconocer auditivamente y utilizar de manera creativa los diferentes modos y sus funciones armónicas sin necesidad de explicaciones teóricas, con lo cual se pueden usar con niños de corta edad facilitando enormemente el desarrollo del oído musical. En este sentido han demostrado ser más útiles que los números al no requerir el pensamiento abstracto (que en los niños pequeños aún no está desarrollado) y al no referirse a ningún otro concepto que pueda llevar a la confusión.

Mediante las sílabas tonales los alumnos llegan a comprender y usar en la práctica las funciones armónicas (tónica, dominante, subdominante y otras) en una gran variedad de modos, y entienden el concepto de cambio de tonalidad y el transporte casi desde el primer día, sin necesidad de comprender previamente ningún concepto teórico. En el momento de aprender a leer música, el uso de las sílabas tonales ayuda a que la partitura “cante” a los alumnos y facilita el reconocimiento de patrones.

De acuerdo con la Music Learning Theory o MLT desarrollado por Edwin Gordon, las sílabas tonales se deben emplear siempre dentro de un contexto tonal y siempre agrupadas en patrones de dos a cuatro notas pertenecientes a una misma función armónica; nunca para solfear a la manera tradicional: un niño, al aprender a hablar, no comienza pronunciando letras ni sílabas sino palabras con significado (aunque a veces los demás no le entiendan porque aún le falta “afinar” la pronunciación). Al utilizar sílabas tonales en la educación musical, los alumnos primero aprenden a entender estas “palabras musicales” que son los patrones; luego aprenden a “pronunciarlas” de modo que los demás les entiendan, y a crear sus propias frases musicales. Luego aprenden a reconocer estas “palabras” en una partitura. Solo se usan los nombres de las notas absolutas para referirse a ellas fuera de un contexto tonal (para identificar teclas concretas del piano o aprender una digitación nueva en un instrumento, por ejemplo).

En este sistema, los siete modos correspondientes a las notas de la escala musical (dórico, frigio, etc. además de la escala mayor y menor) son fácilmente distinguibles al tener cada uno su sílaba propia para la tónica, y las sílabas correspondientes a las distintas funciones armónicas forman patrones característicos del modo donde se encuentran. Los alumnos, al aprender a reconocer auditivamente un nuevo modo, aprenden cuál sílaba es su tónica y cuáles sílabas corresponden a las funciones armónicas que perciben. También aprenden que un patrón puede tener funciones distintas según el modo donde se encuentra.

Uno de los propósitos más importantes de Gordon es educar el oído musical lo más pronto posible, con niños de muy corta edad y de acuerdo con su natural desarrollo físico y mental, cosa que el sistema de números no permite al requerir unas capacidades aún no desarrolladas en niños muy pequeños, como explica en su libro Learning Sequences in Music  y que resumo en otra entrada. Las sílabas tonales, en cambio, no presentan ningún inconveniente de este tipo.

En los países de influencia germánica e inglesa, las sílabas tonales son DoReMiFaSoLaTi (no se refieren a ninguna nota en concreto sino a los grados de la escala mayor). El origen en el siglo XI de estas sílabas se suele atribuir al monje Guido d’Arezzo, quien las creó como una manera de ayudar a los monjes a recordar las melodías de los cánticos; posteriormente se extendieron por toda Europa. Los diferentes variantes de este sistema suelen llamarse “sistemas de Do movible”.

El sistema de Do movible que prefiere Gordon es el que usa el Do para la tónica en mayor y La para la tónica en menor (en este sistema, cada modo – dórico, mixolidio, etc. – tiene así su propia sílaba para la tónica, haciéndolos fácilmente distinguibles sin necesidad de conocimientos teóricos).

Hacia finales del siglo XVI en Italia, España, Francia, Portugal y, por la influencia colonial de estos, en un gran número de países – de hecho, un número mayor que los que usan el Do movible – se extendió la práctica de usar estas mismas sílabas para referirse a notas concretas, creando el sistema del Do fijo que sigue vigente hoy en día, con lo cual en estos países las sílabas DoReMi no suelen usarse como sílabas tonales por la confusión que esto crea, tanto en los alumnos como en los profesores.

Aunque la enseñanza tradicional en estos países, por lo general, ha optado por evitar el tema (enseñando armonía solo en los niveles avanzados y de manera exclusivamente teórica) cada vez más educadores han buscado diversas maneras de solucionar el problema, sea con números (con sus numerosos inconvenientes), sea adoptando el sistema germano-inglesa de Do movible. Pero para otras muchas personas acostumbradas al Do fijo, usar el Do movible les resulta muy confuso y es una de las razones por las cuales las ideas de Gordon están tardando en extenderse fuera del área de influencia inglesa o alemana. El uso del Do fijo está profundamente arraigado en un gran número de países y un importante número de profesores encuentran muy difícil o imposible disociar las sílabas DoReMi de las notas concretas, siendo, por tanto, muy difícil usarlas para trabajar patrones tonales con sus alumnos. Al mismo tiempo, muchos encuentran incómodo usar letras para para nombrar las notas, sobre todo si las quieren cantar.

Los alumnos suelen llegar a la clase de música ya inmersos en la cultura autóctona del Do fijo – algunos ya han comenzado su formación con otros profesores. Para ellos, cambiar de sistema es fuente de confusión y puede retrasar su progreso. Incluso los alumnos que inician su formación desde muy pequeños con el Do movible (y por lo tanto están acostumbrados) se enfrentan al hecho de tener que adaptarse al sistema tradicional si cambian de escuela o profesor.

Existe una alternativa bastante sencilla que explico con más detalle en otras entradas de este blog, que es una serie de sílabas tonales alternativas (al estar las sílabas tradicionales ya “ocupadas” sirviendo como nombres de notas) para facilitar la aplicación de las ideas de Gordon y otros en la formación del oído musical. Estas sílabas nuevas son fáciles de aprender y recordar, hacen la misma función que las del Do movible y, al contrario de éstas, no entran en conflicto con los nombres de notas que llevan siglos siendo DoReMi en tantos países del mundo

Para los que no se encuentran cómodos con el sistema del Do movible esta serie alternativa de sílabas les puede ser muy útil: el pequeño esfuerzo, al principio, de aprenderlas se ve recompensado por los excelentes resultados con los alumnos.  Lo importante es proporcionarles la oportunidad de desarrollar su oído musical de la manera más eficaz, sin confusiones ni solapamiento de conceptos, que para Gordon es sumamente importante evitarse. Cada vez más educadores están comprobando que con MLT y mediante las sílabas tonales logran este fin de la manera más efectiva.