El movimiento en el aprendizaje musical

Aunque la música es un arte sonoro, su base es el movimiento. No debería extrañarnos, ya que el oído no sólo registra el sonido sino también el movimiento. Cualquier método de enseñanza musical que no tenga en cuenta este hecho no será eficaz en la formación de personas musicalmente completas. En palabras de Edwin Gordon, el ritmo, sobretodo (pero la expresión musical también), requiere coordinación, relajación, equilibrio, consciencia del peso, libertad de movimientos y fluidez – un músico nunca debe sentir que fuerza el ritmo mediante contar o calcular, sino que surge de dentro. Esto sale de la conexión con las sensaciones del cuerpo al moverse.

Muchos otros métodos pedagógicos conocidos, como Dalcroze, tienen muy en cuenta el importante papel del movimiento en el aprendizaje musical, pero Music Learning Theory (MLT), o la Teoría del aprendizaje musical, va más allá de otros métodos, proponiendo una secuenciación de diferentes tipos de movimiento que ayudan a desarrollar la interiorización del ritmo y las sensaciones que son la base de la expresión musical.

Gordon toma sus ideas del bailarín y coreógrafo húngaro Rudolf von Laban, quien clasificó los diferentes elementos del movimiento en cuatro categorías: flujo, espacio, peso y tiempo. El tiempo se define como rápido/sostenido; el espacio como directo/indirecto (o recto/curvilínea); el peso como pesado/ligero; y el flujo como libre/restringido. Tiempo, espacio, peso y flujo interactúan para crear el ritmo y la expresión musical.

Moverse de manera fluida (no pulsada, sea libremente o con limitaciones) requiere el uso del espacio, aunque sea sin desplazarnos. En el momento en que desplazamos el cuerpo sentimos, además del espacio, cómo cambia de lado a lado nuestro peso, y cómo nos podemos mover directamente en línea recta, o tomar un camino curvilínea, indirecto. Al movernos de manera simétrica cambiando el peso de lado a lado y siendo conscientes del espacio que hay entre paso y paso – y de cómo tenemos que sostener peso del cuerpo mientras tanto – sentimos lo que será el tiempo, lo que nos lleva al pulso del tempo en la música (Gordon usa el término macropulso). Mientras nos desplazamos, si podemos mover músculos más pequeños (maños, dedos…) para dividir estos macropulsos en grupos de dos o de tres, sentiremos la métrica, y cuando podemos realizar diferentes patrones rítmicos y combinarlos artísticamente con patrones tonales ya tenemos música que fluye con naturalidad.

El primer paso, y el más importante, es que los alumnos realicen movimientos fluidos (o sea, sin seguir un pulso), sin desplazarse, mientras el profesor canta una canción, contrastando la sensación de movimiento libre con la de movimiento restringido. Según la edad pueden imaginar diferentes ideas. Por ejemplo:

  • Sentirse atrapado en el hielo, o en el lodo, y después liberarse.
  • Sentirse flotando en el agua (sin desplazarse).
  • Sentirse tirando de una cuerda sujetada en el otro extremo.
  • Sentirse montando en bicicleta contra un viento fuerte, y luego bajando una cuesta libremente.
  • Sentirse montando en un todoterreno por un camino lleno de baches y curvas.
  • Sentirse montando en una montaña rusa.
  • Sentirse un árbol sacudido por un viento fuerte, o por una brisa suave.

Más adelante, mientras escuchan, la actividad será imaginar la sensación de peso (o ligereza) al desplazarse. Pueden imaginar, por ejemplo:

  • Caminar sintiéndose una pluma llevada por el viento, o un globo, o burbujas de jabón.
  • Caminar imaginando que carga con dos cubos grandes de agua.
  • Imaginarse caminando en la luna.
  • Caminar como un elefante (o cualquier otro animal)
  • Caminar sintiéndose copos de nieve.
  • Imaginarse como un gigante.
  • Imaginarse como un duendecillo.

Cuando un alumno es capaz de coordinar sus movimientos con su respiración puede empezar a hacer movimientos pulsados, primero desplazándose con los macropulsos y más tarde sintiendo el balanceo del cuerpo sin desplazarse (puede ayudarse levantando un talón – doblando un poco la rodilla – para cambiar el peso al lado contrario). Luego, usando suaves palmadas o las puntas de los dedos (todos a la vez) para dividir los macropulsos en grupos de dos o tres, el alumno hace los micropulsos, imitando al profesor. A partir de este momento se empezaría a trabajar con patrones rítmicos, primero vocalizados con sílabas neutras y luego con sílabas rítmicas. Finalmente, se llega a poder imaginar y vocalizar las divisiones de los micropulsos y todo tipo de combinaciones, dando lugar a alargamiento, síncopas, anacrusas, etc., y si el alumno ha podido conectar con las sensaciones del movimiento de su cuerpo, cada tipo de ritmo se relacionará con un tipo de movimiento, dando lugar a una interpretación natural y precisa del ritmo.

En cada clase se debería dedicar un tiempo a todos estos tipos de movimiento, sea ligado a las canciones o piezas que se estén estudiando, sea como una actividad no relacionada directamente. Aparte de desarrollar la base del ritmo y la expresión musical del alumno, se estará estimulando su imaginación, un elemento esencial de la creatividad.

Y siempre que se note que un alumno está teniendo dificultades con el ritmo, lo primero es:  moverse!

 

 

 

 

 

2 thoughts on “El movimiento en el aprendizaje musical

  1. Hola Katherine,

    ¡Menuda entrada más interesante !

    Aunque en clase de coro si me he movido algo (muy poco), todo esto es nuevo para mi. Me pregunto si en los mismos libros que me recomendaste en otro post aparecen secuencias o indicaciones de movimiento. Erróneamente muchos se olvidan del ritmo y luego uno está rígido como un palo con el instrumento. Y es que me da la espina, de que a pesar que en alguna asignatura en los conservatorios superiores de España se da importancia al movimiento, creo que muchos lo siguen obviando al ejercer porque “quita tiempo de clase”.
    Me pregunto si Gordon o alguno de sus seguidores indagó en ritmos procedentes de países latinos o africanos para que no sea tan forzado al tocar para las personas que no han bebido de esas fuentes por ejemplo afrocubanas.

    Muchas gracias por compartir todo esto.

  2. Hola Javier,

    Para ideas sobre movimiento (si dominas el inglés) te recomiendo Music Moves for Piano de Marilyn Lowe (el mismo que te recomendé en el otro post). El primero de la serie, Keyboard Games, incluye actividades de movimiento para cada canción además de una sección donde explica los conceptos de movimiento. El libro Music Play de la serie Jump Right In, aunque sea para la educación temprana, es muy útil porque hay actividades de movimiento distintos para una misma canción o recitado rítmico dependiendo del nivel. El IGEME publica un libro parecido en castellano, Jugando con la música, que también contiene actividades de movimiento para canciones y recitados. Las ideas que se encuentran en estos libros, aunque en principio sean para niños muy pequeños, con un poco de imaginación se pueden adaptar a todas las edades. Muchas veces me he sorprendido al ver que alumnos mayores disfrutan haciendo las mismas “tonterías” que los niños más pequeños – incluso los adultos disfrutan con la libertad que da el movimiento, es una oportunidad de soltar tensiones. Uno mismo puede, también, inventar todo tipo de actividades – movimientos que comuniquen las sensaciones de fluir libremente contrastado con sentirse limitado, restringido en el movimiento, o la sensación de peso contrastado la ligereza de una hoja, una pluma o un copo de nieve, así como la diferencia entre un movimiento recto, directo y un camino lleno de curvas y vueltas o la sensación de prisa o de alegría contrastada con el movimiento perezoso o triste de la lentitud. Una misma música puede usarse para muchos tipos diferentes de movimiento,dando mucha importancia, sobre todo, al movimiento fluido como punto de partida.

    Gordon proponía incluir la máxima variedad posible de ritmos en las clases, y me consta que los profesores de MLT llegan a usar recitados rítmicos de una complejidad inusual en la educación musical tradicional, muchos inspirados en músicas de otros países, incluídos los países latinos y africanos. Puedes investigar las grabaciones del Quarteto Gordon, que tienen algunos CDs pensados para servir como fuente de vocabulario tonal y rítmico para los alumnos de MLT.

El diálogo fomenta las ideas: os invito a comentar!

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