Muchas personas suponen que tener “oído musical” es tener la capacidad de identificar una nota al oírla. Sin embargo, no es a esto a lo que me refiero en este blog. La capacidad de identificar notas al oírlas se llama tener oído absoluto, y tiene muy poco que ver con el oído musical.
Entonces, ¿a qué me refiero cuando hablo del oído musical? Me refiero a la capacidad de dar significado musical a las notas que percibimos, de manera parecida a como damos significado a las palabras que oímos. Tener oído musical es, también, ser capaz de escuchar y comprender música interiormente, sin que ésta este físicamente presente, igual que reflexionamos sobre palabras que hemos escuchado. Hacer uso de nuestro oído musical es lo que Edwin Gordon llama audiation, y es una capacidad que todos tenemos, exceptuando algunas pocas personas afectadas por lo que se llama amusia, que no pueden extraer significado musical de las notas. Todos nacemos “configurados” para entender la música, igual que todos poseemos la capacidad de desarrollar el lenguaje. De hecho, al nacer el oído musical está ya muy desarrollado, mientras que el lenguaje es aún una capacidad en potencia.
Si esto es así, ¿qué sentido tiene la educación del oído musical? Es más, ¿puede educarse? La respuesta es sí, tiene sentido y sí, puede educarse, igual que nos educamos en el lenguaje. Nadie puede enseñar a un niño cómo aprender a hablar – sencillamente lo hace. Lo que sí puede hacerse es enseñarle a expresarse adecuadamente. Segun Gordon, “ni tú ni nadie puede enseñar a un niño a utilizar su oído musical (audiate) – eso viene de forma natural. Sin embargo, proporcionando a los niños conocimientos y experiencias apropiados, podemos enseñarles cómo escuchar y comprender la música, eso es, cómo utilizar su oído musical según su aptitud para maximizar sus logros musicales” (Edwin Gordon, Learning Sequences in Music).
Según Gordon, lo que uno comprende a través de su oído musical depende de lo que uno haya comprendido con anterioridad. Cuanto más amplia y profunda es la comprensión musical, más puede reflexionar sobre sí misma. De nuevo vemos el parecido con el lenguaje: cuantas más palabras comprendes, mejor puedes utilizarlas. Con la única diferencia de que la música no tiene ni palabras ni gramática, únicamente sintaxis, la organización ordenada de sonidos. Cuanto más profunda es nuestra comprensión de esta sintaxis, mejor comprenderemos y expresaremos la música.
Aquí es muy importante precisar que no se refiere a la comprensión teórica. Lo que nos ayuda a entender la música son nuestras experiencias musicales. Para entender la música utilizamos exclusivamente nuestro oído musical, no nuestra capacidad lingüística ni analítica. La teoría musical sólo proporciona una comprensión teórica, extra-musical de la música – no un entendimiento de la música en sí.
¿Cuáles son las implicaciones de esto? Que una verdadera educación musical ha de enseñar no meramente a tocar, a cantar y a descifrar partituras: su principal cometido ha de ser ayudar al alumno a comprender más y mejor la música, a experimentar cómo funciona, a poder manejar con soltura y comprensión todos los elementos musicales, para que adquiera una amplia y profunda capacidad de expresión y comprensión musical. En fin, a desarrollar su oído musical en el sentido más amplio.
Nota: Conxa Trallero Flix, músico y terapeuta musical, hace un análisis profundo y extenso del oído musical en un documento pdf que se encuentra en internet. Aunque en este documento la autora no cita a Edwin Gordon ni sus ideas, lo que escribe apunta en la misma dirección.