Sílabas tonales alternativas ¿porqué?

En otras entradas de este blog explico el uso de las sílabas tonales y porqué son tan útiles para la enseñanza musical frente a otras herramientas como los números. También hay una explicación de la diferencia entre el llamado Do fijo y Do móvil y de la confusión que causa el intentar usar los dos simultáneamente con los alumnos. En dichas entradas hago mención de una alternativa al Do móvil que son las sílabas tonales alternativas a la vez que dedico una entrada a explicarlas en detalle. Además hay varias entradas con vídeos donde muestro cómo se emplean estas sílabas con los alumnos. A diferencia de estas entradas, en la presente expongo las razones por las cuales utilizo las sílabas tonales alternativas, las causas que me motivaron a desarrollarlas y las ventajas que ofrecen en un entorno cultural donde el Do fijo es tradicional.

Hasta hace pocos años trabajaba en una escuela donde un buen número de profesores – justamente los que se dedicaban a los niños más pequeños y al lenguaje musical – tenían oído absoluto y no se encontraban cómodos con el sistema del Do movible ni tampoco les atraía usar letras como nombres de notas, por lo que no se animaban a trabajar patrones tonales con la MLT al estar esta basada en el sistema musical anglosajón. Añadido a esto, a mí me llegaban los alumnos de piano y flauta ya cumplidos los 6 años, una edad en la que por lo general estaban ya musicalmente “culturizados” en el sistema del Do fijo, y me incomodaba la idea de enseñarles con un sistema ajeno a su cultura: al ser yo de Estados Unidos y muy consciente de la globalización cultural, no quería dar contribuir aún más a ella. Si jamás se me habría pasado por la mente obligar a mis alumnos a hablar en inglés, tampoco les quería obligar a aprender otro sistema musical. Aunque he tenido alumnos cuyos padres me han pedido hacer la clase de música en inglés, lo normal es que los alumnos aprendan música en su propio idioma. Si para ellos los nombres de las notas son do re mi, esto no lo quería cambiar, ni mucho menos darles un uso en mi clase que no tienen fuera de ella en el entorno habitual de los alumnos.

Finalmente llegué a la conclusión de que, para poder aplicar la MLT en mis clases y animar a los otros profesores a hacerlo también, necesitaba una serie de sílabas tonales complementarias, y al no encontrarlas en ningún sitio tuve claro que me las iba a tener que inventar. Me interesaba mucho el método  Music Moves for Piano de Marilyn Lowe, basado en MLT, y quería utilizarlo, pero igual que todos los materiales de MLT hasta ese momento, empleaba el sistema del Do movible. Animada por el interés que mostraban otros profesores en tener una traducción al castellano de este libro, propuse mi idea de las sílabas tonales alternativas a la autora, cuya reacción fue muy positiva, estando ella en un principio de acuerdo con que la traducción se hiciera con las sílabas nuevas. Al final, por razones técnicas de copyright, resultó que cualquier traducción de su libro iba a tener que ser con el Do movible y el proyecto quedó aparcado, pero al mismo tiempo los resultados positivos que estaba teniendo con las sílabas alternativas me dieron ánimos para seguirlas  empleando y explicando en este blog.

Una idea que en principio parece evidente – que si el sistema del Do fijo no tiene sílabas tonales complementarias, lo más lógico es inventarlas – no por eso convence a todo el mundo, como suele pasar con las ideas nuevas. Algunos opinan que el problema mayor es el Do fijo en sí y prefieren descartar por completo este sistema a favor del Do movible, pasando a referirse a las notas con las letras A,B,C,D,E,F,G. Todas las personas que hasta ahora han querido aplicar las ideas de MLT lo han hecho de esta manera y hay que reconocer su esfuerzo y agradecerles su dedicación.

Otras personas opinan que, dado que originalmente las sílabas do re mi no eran nombres de notas sino sílabas tonales, deberíamos por lo tanto volver a usarlas de este modo a pesar de que han pasado ya cuatro siglos desde que en los países latinos pasaron a ser nombres de notas absolutas. Algunos opinan,además, que el sistema del Do movible es mayoritario en el mundo y temen crear división en un sistema musical que consideran casi universal.

Si el sistema del Do movible fuera mayoritario, personalmente aún tendría mis reservas sobre imponerlo a la minoría. Pero en realidad los habitantes de los países que usan el Do movible no llegan ni a la mitad de los que usan el Do fijo. Francia, Italia, España, Portugal y todos los países con influencia colonial de estos; otros países del Mediterràneo y Oriente medio; Rusia y muchos países bajo su influencia, toda América Central y del Sur, diversos países asiáticos: todos ellos usan el Do fijo, por no hablar de los centros educativos que lo usan en países donde no es tradicional. ¿No sería más provechoso para la difusión de las ideas de Gordon darles a esta gran mayoría una alternativa que les facilite el uso de MLT? (y quien dice MLT también podría decir Kodaly y otras metodologías que pueden beneficiarse de las sílabas alternativas). Muchos profesores no aplican las ideas de Gordon por tener que adoptar el sistema del Do movible. Al darles una alternativa, posiblemente sí lo harán, con el consecuente beneficio para la educación musical.

Está claro que el problema no es uno de sistemas musicales sino de idiomas, como he mencionado antes. Nuestro sistema musical que el mismo que el alemán y anglosajón: lo único que varía son los nombres de las notas (do re mí versus ABCDEFG). Lo único que le falta al sistema del Do fijo son sílabas tonales para complementar los nombres de las notas y con ello trabajar el oído musical mediante patrones tonales. El problema no reside en llamar a las notas do re mi: de hecho tienen la ventaja de ser más cantables que las letras en el caso de querer referirse a una nota absoluta fuera de un contexto tonal. El propio Gordon reconoce en Learning Sequences in Music  que las sílabas do re mi para notas absolutas pueden ser útiles en la lectura cantada a un nivel avanzado, cuando el alumno ya ha adquirido los suficientes conocimientos teóricos.

¿Existe alguna razón para volver al significado original de palabras que han cambiado su uso? Hace 400 años, tanto el castellano como el inglés o el alemán se hablaban de manera muy distinta a como se hablan hoy. No es más que leer el Quijote para darse cuenta de que algunas palabras incluso han cambiado totalmente de significado. Así mismo, en castellano, portugués, francés, italiano, catalán, gallego, y muchos otros idiomas los nombres de las notas son do re mi desde hace siglos. Volviendo sobre lo dicho, en el mundo actual (exceptuando los países asiáticos, por falta de datos) hay aproximadamente 1.366.638.000 habitantes de países que usan Do re mi como nombres de notas. ¿Vamos a intentar convencer a todos los que estudian o enseñan música en estos países que llamen sus notas de otra manera y que cambien cambien el significado de estas sílabas tan conocidas?

Es verdad que hay mucho material pedagógico valioso escrito tanto en inglés como en alemán y otros idiomas de países donde se emplea el Do movible. Pero aunque adoptemos sus letras como nombres de notas, y las sílabas do re mi como sílabas tonales, seguiremos necesitando traducir aquellos idiomas para poder aprovechar los materiales. Lo que actualmente impide aprovechar estos materiales – suponiendo que sabemos traducirlos – no es el nombre que damos a las notas sino la principal carencia que la MLT intenta suplir: la falta de formación en un sistema de tónica movible, o lo que es lo mismo, la formación del oído relativo. El problema no es cómo se llaman las notas sino el haber priorizado el oído absoluto en total detrimento del oído musical.

Personalmente no me cuesta usar el Do movible por haber crecido en un país anglosajón, pero para muchas personas (¡más de mil millones!) es un sistema foráneo y difícil de adoptar. Ciertamente, cualquiera de las dos opciones – Do movible o sílabas tonales alternativas –  requiere un esfuerzo por parte de los educadores acostumbrados al Do fijo, pero en el caso de las sílabas alternativas esto no pasa de ser una cuestión de aprender y practicar un concepto nuevo, de ampliar conocimientos, mientras que adoptar el Do movible requiere cambiar radicalmente el significado de un concepto ya asimilado desde la infancia y compartido con el entorno cultural, una tarea mucho más difícil. Es comparable a aprender un idioma nuevo, donde algunas “palabras” (do re mi) son idénticas en los dos idiomas pero con un significado radicalmente distinto – algo muy confuso y difícil de asimilar para muchos. En contraste, aprender las sílabas tonales nuevas es tan sencillo como aprender vocabulario nuevo en el idioma nativo. Las sílabas tonales alternativas son una buena opción para todos los educadores que se interesan por las ideas de Gordon pero hasta ahora no veían la manera de aplicarlas con sus alumnos.

Habrá profesores que optarán por no aprender las sílabas tonales alternativas (aunque se aprenden fácilmente) y continuarán enseñando a la manera tradicional o tal vez utilizando números para entrenar el oído musical a pesar de los inconvenientes que presentan con niños pequeños. Otros darán más valor al sistema del Do movible por ser de una procedencia cuyo aura de una supuesta superioridad cultural ejerce cierta atracción. Pero poco a poco cada vez más docentes están descubriendo lo fácil y efectivo que es usar las sílabas tonales alternativas.

No hay por qué adoptar un sistema extranjero, habiendo una alternativa más fácil. No es necesario crear confusión en los alumnos entre lo que aprenden en la clase de música y lo que encuentran en su entorno, habiendo una manera de conseguir los mismos resultados musicales sin confusión alguna. No hace falta descartar la tradición propia, habiendo una alternativa fácil y efectiva. Creo que, siendo coherente con un deseo de difundir al máximo las ideas de Edwin Gordon, es positivo que haya una alternativa que ayudará a que se puedan aplicar las ideas de MLT en muchos lugares del mundo.