Como expliqué en mi anterior entrada sobre la creatividad y la improvisacón, Gordon define la creatividad como la expresión de ideas musicales propias dentro de un contexto (por ejemplo, la mètrica y/o el modo) mientras que la improvisación sigue, además, una pauta, la cual puede consistir en una progresión armónica, una melodía o un ritmo, entre otras (clica aquí para ver algunos ejemplos de improvisación a nivel básico) . Los dos tipos de expresión creativa son importantes y necesarios en una clase de música, pero es con la improvisación que se pone más a prueba la capacidad de manejar bien la sintaxis musical, y por eso es una parte tan importante de la enseñanza.
La improvisación a menudo consiste en hacer variaciones sobre un tema, el cual proporciona el contexto y la pauta a que se refiere Gordon, sin la cual no sería improvisación tal como él la entiende sino pura expresión creativa o, sin el contexto de modo i/o métrica, pura exploración. Aprender a variar un fragmento musical nos hace conscientes de los recursos que tenemos a nuestro alcance, que pueden ir desde cambiar ligeramente un patrón rítmico o el orden de las notas de un patrón tonal a crear acompañamientos distintos o introducir notas nuevas, sean estas de la misma función tonal o notas de paso y notas vecinas. También se puede cambiar la métrica, el modo y, por supuesto, transportar.
Cuando el alumno es capaz de cantar, reconocer e identificar verbalmente patrones tonales de tónica y dominante, por ejemplo, junto con patrones rítmicos con macro y micropulsos y divisiones, ya puede improvisar respondiendo a un patrón rítmico con otro del mismo tipo, o a un patrón de tónica con uno de dominante. Luego, con un patrón tonal, puede aprender a variar una de sus notas yendo a la nota superior o inferior y volviendo, o a conectar las notas del patrón mediante notas de paso. Estos sencillos procedimientos luego se aplican a los patrones de una pieza familiar, desde sólo hacer pequeños cambios rítmicos hasta variar melodía y ritmo respetando la estructura armónica, sin olvidar la posibilidad de transportar y cambiar el modo y la métrica. Todo al nivel de cada alumno.
La variación no sólo abre miles de posibilidades al alumno a la hora de crear su propia música, sino que le lleva a otro nivel de comprensión de las piezas que estudia al ver los recursos que han utilizado los compositores, proporcionándole un mayor criterio musical y llevándole, por un lado, a respetar el arte de los grandes creadores y, por otro, a ver que toda creación musical está basada en unos elementos sencillos que están muy a su alcance.
Incluyo aquí dos vídeos con ejemplos de variación hechos por una alumna. En los dos vídeos toca en primer lugar la pieza original y seguidamente (sin pausa) la variación, la cual incluye tanto cambios de ritmo como notas de paso y otros recursos. Los vídeos muestran los primeros pasos en la improvisación: según cada alumno estos pasos serán más o menos atrevidos – lo importante es que el alumno demuestre una comprensión de los diferentes recursos. El primer vídeo es un pequeño estudio en la menor de A.E. Müller (nº 9 de 12 Leichte Handstücke). El segundo es una pieza del segundo libro del método de Michael Aaron titulado Song Without Words.