Tanto en una clase tradicional como en una donde se aplica Music Learning Theory (MLT), muchas de sus características las define, obviamente, cada profesor. Cada uno tiene su manera de trabajar, y así es también con MLT, porque no es un método propiamente dicho sino una série de conceptos que determinan el enfoque del aprendizaje, junto con algunas herramientas que lo facilitan. MLT ayuda al profesor a saber qué orden es el más conveniente para presentar el material que quiere trabajar con el alumno (pero no impone ninguna música ni técnica en particular) y le da ideas prácticas para que la clase sea variada, entretenida, útil y estimulante para el alumno, consiguiendo a la vez un aprendizaje musical más rápido y eficaz.
Pero ¿en qué se diferencian exactamente? Arriesgándome con generalizaciones, la siguiente lista incluye algunas posibles características de una clase tradicional de instrumento:
- La clase se centra en la partitura como la fuente de todo conocimiento (aparte del profesor) desde el primer día.
- El profesor explica mientras el alumno escucha y luego intenta hacer lo que le dice el profesor, siguiendo la partitura.
- Los conceptos musicales suelen ser explicados de manera teórica o abstracta, basándose en la escritura musical, incluso con niños bastante pequeños.
- Gran parte de la clase se centra en corregir los errores de lectura del alumno.
- No suele haber sitio para la improvisación y la creatividad musical hasta un nivel bastante avanzado.
- La clase se basa sólo en tocar el instrumento – no hay otras actividades como el movimiento, actividades rítmicas o cantar.
Una clase basada en MLT, aunque será diferente con cada profesor, tendria generalmente las siguientes características:
- El oído y el movimiento vienen a ser las principales fuentes de conocimiento: escuchar y moverse para aprender a reconocer y diferenciar conceptos musicales. El movimiento y la voz (cantar y vocalizar ritmos) se utilizan para enseñar los conceptos musicales, luego se ejecutan en el instrumento.
- El profesor y el alumno tienen “conversaciones” musicales, poniendo en práctica con la voz o con el instrumento los conocimientos musicales. Tanto el alumno como el profesor participan activamente.
- El alumno comprende la música auditivamente y en la práctica; las explicaciones abstractas y teóricas se dejan para los niveles avanzados.
- El alumno aprende a reconocer en la partitura lo que ya comprende en la práctica, no al revés. Sólo interpreta la partitura después de comprender la música que contiene (según su nivel, aprenderá a reconocer la métrica, dónde caen los macropulsos, los ritmos, la nota de reposo y las funciones tonales).
- La partitura se utiliza como fuente de ideas musicales para ser utilizadas creativamente por el alumno.
- El propio alumno se corrige a partir del momento en que comprende un concepto; el profesor se limita a ayudarle a comprenderlo mediante la escucha y la comparación con otros conceptos.
- Cada concepto se consolida mediante la improvisación y la creación de pequeñas composiciones.
Por estas características, la clase con MLT suele ser más variada e interesante incluso para el profesor, ya que no se limitará a corregir los errores de los alumnos al seguir la partitura sino que se moverá con ellos, tendrán “conversaciones” tonales y rítmicas, y podrán incluso crear música juntos. En el estudio de una partitura viene a ser el alumno quien explica al profesor lo que ve y comprende, y el profesor se limita a ayudarle a reconocer los conceptos que el alumno ya conoce. Para el alumno es descubrimiento, no un laborioso proceso de descifrar un código secreto.
Otra ventaja de MLT es que no impone ninguna técnica instrumental en particular: cada profesor es libre de orientar este aspecto de la manera que cree mejor. Hay más libertad de trabajar según el criterio propio, porque muchos métodos tradicionales se basan, no en lo más conveniente técnicamente sino en lo que impone la lectura musical. Por ejemplo, en el piano a menudo se introduce el uso de los 5 dedos y acordes antes de tener la mano preparada para ello, o se establece una posición fija de la mano sólo para que la lectura sea fácil. Con MLT, el profesor selecciona piezas para tocar de oído (pueden ser incluso bastante difíciles de lectura, pero esto no importa) que favorezcan tanto la técnica que quiere trabajar como los conceptos musicales que necesita el alumno. En este sentido involucra más creativamente al profesor, quien no se limita a seguir pasivamente el libro del alumno.
Este último punto puede inquietar a más de un profesor, que no se sentirá muy cómodo sin un libro-método que le guía. Cada vez van saliendo más libros basados en MLT. Jump Right In, the Instrumental Series de Richard F. Grunow, Edwin E. Gordon, Christopher D. Azzara, and Michael E. Marti (una crítica en inglés del método aquí) o Music Moves For Piano de Marilyn Lowe son dos de los más utilizados. Sin embargo, creo que sería bueno que muchos profesores se animasen a probar MLT y a desarrollar sus propios métodos adaptados al sistema musical autóctono.
La mayor diferencia entre una clase tradicional y una con MLT es que ésta tiene como objetivo formar un músico para toda la vida, no una persona que se limita a ejecutar las notas que salen en una partitura que ha logrado descifrar (aunque no entender) y que, si no tiene una partitura delante, no sabe hacer música. Por eso prefiero MLT.